La colonia psiquiatrica de Oliveros viene llevando adelante muchas transformaciones. Entre las que se destaca el cierre de una sala de larga internación masculina y la apertura de dos nuevas casas asistidas. Proyectando en la nueva ley de salud mental, en humanizar las prácticas y respetar derechos, los avances son una celebración en medio de tantos desafíos cotidianos. Además, desde la institución reforzaron que no habrá reducción de personal, sino que se preven sumar trabajadores.
En diálogo con IRE, la directora de la colonia psiquiatrica de Oliveros, Mariana Chidichimo, explicó: “Estamos muy contentos porque no solo es el cierre de una sala, parte de la particularidad simbólica de que es la última sala de larga internación de hombres, las otras dos salas de larga internación que tiene la institución y que siguen abiertas son mixtas. Entonces, simbólicamente es muy importante el cierre de esta sala, pero lo que más nos interesa mostrar es la apertura de viviendas”.
En ese sentido, reforzó: “Nosotros estamos convencidos de que hay que abrir dispositivos respetuosos de derechos comunitarios para poder cerrar las viejas lógicas manicomiales. Y este cierre de salas será en el marco de la apertura de casas también”.
Sobre los avances en los proyectos Chidichimo explicó: “Cuando asumí el año pasado, la institución tenía dos casas y en este año de cuatro meses pasamos a tener cinco casas. Así que la verdad estamos muy contentos porque no es solo cerrar una sala, lo cual es importante porque por más de las buenas intenciones que le ponemos, la lógica en una sala es vivir en una institución, con las rutinas que están necesariamente arregladas, la gente pierde su autonomía”.
Y ahondó sobre las conquistas del trabajo realizado: “Ahora contamos con dos casas dentro del predio de la institución con asistencia 24 horas, que es para esta población de larga internación que deja la sala y tres casas ya habilitadas en el predio lindante, sumado a las cuatro que tenemos en el pueblo de Oliveros y el Hostal en Maciel”.
En ese sentido, amplió: “La idea es seguir abriendo el resto de las casas que tenemos en la institución y poder ir cerrando camas de internación para abrir plazas en viviendas”.
Hubo distintas versiones y hasta preocupación por los puestos laborales, pero la directora fue contundente y sumó el ejemplo: “El grupo de trabajadores que venía trabajando en la sala 5, son ellos mismos los que protagonizaron este proceso, los que estuvieron desde octubre del año pasado hasta ahora haciendo un trabajo doble o triple, porque seguían trabajando en sala mientras se externaban personas, mientras empezaban a habitar en pequeños ratos del día estas casas. Y es ese mismo equipo el que empieza ahora a transformarse a formar radicalmente su práctica, porque deja de ser el equipo de sala cinco para ser el equipo de morada uno y morada dos. Y esto es algo que nos importa mucho”.
Por lo tanto, el esfuerzo es notorio y el trabajo profesional no está en riesgo: “Si bien la ley lo plantea, que todas las transformaciones tienen que ser respetuosas de todos los derechos y de todos los trabajadores, y que nadie pierde el trabajo, nos importa mucho mostrar en acto que trabajar en la autonomía implica más trabajo”.
Luego, Chidichimo cerró: “Las personas requieren un acompañamiento más cotidiano, con lo cual no solo que todos los que trabajamos aquí seguiremos teniendo trabajo, sino que se necesitan más trabajadores para acompañar de cerca y humanamente la vida cotidiana de las personas. Así que tranquilidad en ese sentido. Vamos a necesitar más gente, no menos”.