En los últimos días, la localidad de Oliveros se vio movilizada ante la historia de Tiziano, un chico de cuarto grado que hace meses sufre bullying en la escuela primaria. Conocé la historia en primera persona.
Omar Rojas, es abuelo de Tiziano, y narró que vienen atravesando días muy difíciles, después que se enteraron de lo que estaba sucediendo. Lo particular de la situación es que anoticiaron de los acosos por parte de otro compañero, ya que el menor sentía miedo al expresar lo que estaba sucediendo: “Nos enteramos por los amigos, él nos quería contarnos nada. Nos cuentan que cinco chicos le habían pegado en la escuela, le preguntamos a él y él lo negaba hasta que después lo admitió”.
Omar contó que desde ese momento decidieron asistir a la escuela para conocer lo que estaba sucediento: “Allí fuimos a hablar a la escuela y nos dijeron que iban a hablar con los padres y con los alumnos. El problema ahí fue peor porque le empezaron a pegar todos los días. Volví al otro día y seguía pasando lo mismo. Las últimas semanas fue alevoso, se turnaban para pegarle”, cuenta entre indignado y enojado el abuelo de Tiziano.
Tiziano, comenzó sus estudios primarios en la escuela primaria N° 239 y contó a IRÉ lo que le está pasando: “A mi me gusta ir a la escuela. En los últimos días no tenía ganas de ir porque tenía un poco de miedo a que me peguen”. El niño explicó que no existe motivo alguno que justifique los acosos que recibe: “Yo decía hola y me pegaban”.
Está cursando cuarto año y según su relato son cinco los compañeros que se juntan y hasta se turnan pegarle: “Ahora desde cuarto ya me pegaban entre cinco. Una vez hablamos con la maestra, un día me amenazaron. Siempre tengo problema con los mismos. No se por qué pasa eso, yo no les digo nada”.
Tiziano contó que las peleas suceden a veces durante los recreso y otras dentro del aula: “A veces en el recreo y en el aula cuando estábamos escribiendo me tiraban papeles, gomas, tapitas de fibrones y no me dejaban copiar”. “No contaba esto porque me daba miedo, si yo decía ellos se iban a enfurecer más y me iban a pegar”, se sinceró el niño.
Su tutor lleva dos semanas y media asistiendo a la institución para resolver este problema: “Todos los días, hace dos semanas que vamos a hablar a la escuela y todos los días le pegaban, ellos prometiendo que lo iban a solucionar y todos los días pegándole. Se turnaban y le pegaban. La solución no llega”, amplió muy preocupado Omar.
El abuelo radicó la denuncia en la comisaría y en el Juzgado de Faltas: “Cuando planteamos esta situación, cuando hablamos con la directora y la maestra, me dijeron que podíamos cambiarlo de grado, pero si le pegaban en el recreo esté en el grado que esté le iban a seguir pegando. También insinuaron que lo cambiemos de escuela”, cuestionó.
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