Más allá de la suspicacia que puede generar el martes 13, los vecinos comenzaron a detectar hace más de un mes distintas especies de árboles marcados, rasguñados, mordidos. Sin certezas de qué se podría tratar, los vecinos de la zona del balneario se muestran preocupados. De acuerdo a las primeras consultas ningún animal de la región podría generar esas grietas.
El primer caso se dio en una casa de fin de semana por calle Laprida, a cien metros de la ruta 11. Jorge Fereira es el cuidador de hace años y narró lo sucedido a IRÉ: “Apareció un arbol muy dañado, de forma extraña, como mordido, rasguñado. Llamativo porque la corteza es gruesa, está desgarrada de una manera extraña”.
Sorprendido por lo encontrado el vecino consultó a especialistas y conocedores: “Consulté con personas idoneas en la materia, capacitadas para ver estos casos. Con el veterinario Emilio Podio por ejemplo y me dijo que no hay animal en la zona que pueda hacer este tipo de daño. Podría ser un puma o un oso grande pero no existen en acá. También le consulté a gente de campo, de isla y todos me dijeron que nunca vieron algo así”.
Y agregó: “Un detalle curioso es que en el chalet donde apareció ese sábado estaba la gente a la noche y no escucharon nada, es perimetrado y con alarma”.
Cabe destacar que luego de aquel episodio se repitieron las rotutas de las plantas en otros sitios con un radio de 200 metros: calle Laprida, Gaboto y Corrientes, Dorrego. En total se constataron unos seis árboles, el último fue hace una semana.