A través de la materia de Ciudadanía y Participación la profesora Lucila Vega motivó a sus alumnos de 4to año del Juan XXIII de Oliveros a que proyecten una iniciativa que tenga impacto en su comunidad. Celeste Podio y Marianela Torres fueron un poco más allá, diseñaron una escuela comunal de voley y se propusieron hacerlo realidad. Ahora juntan firmas en los comercios para que avalen la iniciativa que le presentarán a la comuna en breve.
En diálogo con IRE las alumnas del colegio secundario se mostraron activas y seguras en pos de lograr su escuela de voley. Amantes del deporte, una disciplina que no se practica en ninguna institución del pueblo, consideran que podría ser un lugar seguro para mejorar la salud a través del deporte, y contener a todos los que quieran ser parte.
La escuela sería para niños, adolescentes y adultos de la comunidad, y abarcaría tanto a hombres como mujeres: “Vimos que había muchos chicos que les gusta el deporte y acá no hay voley en el pueblo, lo tomamos como una oportunidad también”, confiaron.
Si bien no fue la primera idea que se les ocurrió, cuando empezó a tomar forma la escuela de voley no lo dudaron: “A nuestros compañeros también les gustó mucho la idea, porque en educación física siempre practicamos”.
De la idea a la acción
Si bien nació como parte de un trabajo práctico dentro de una materia, con el aval institucional decidieron darle forma: “Primero pensamos cómo podíamos armar el proyecto en papel, ya para presentárselo a la profe y si le gustaba y lo podíamos hacer, llevar a cabo otras actividades, como por ejemplo la junta de firmas para presentarlo en la comuna”.
Con el visto bueno del Juan XXIII repartieron los listados para juntar voluntades en comercios del pueblo e inmediatamente muchos vecinos se sumaron, situación que siguió motivando a las chicas: “Significa un gran apoyo para nosotras”.
En paralelo, el mensaje es más profundo. Con su intervención, pensando alternativas y trabajando para conseguirlas las adolescentes descubrieron su potencial ciudadano: “Está bueno darse cuenta de que la comunidad también puede influir, mostrar nuestra opinión y lo que queremos hacer, que se escuche y que se pueda llevar a cabo”.
Y cerraron con sus sensaciones: “Pensar que empezó como a un proyecto de la escuela y que vaya avanzando y creciendo, es muy emocionante”.
Una vez que concluya el tiempo previsto para la recolección de firmas entregarán todos los papeles con el proyecto en la sede comunal para que la administración contemple la posibilidad de crear la escuela y ultime los detalles organizativos.