El 16 de enero del año pasado, Iara Infante, una joven oliverense de 16 años, dio a luz a su bebé, Noah. Cuatro días después regresó al hospital con picos de fiebre y debió ser internada. Tras chequeos, constataron que contrajo Estafilococo, un virus que le provocó severas infecciones pero tras meses de lucha pudo vencer al virus y recuperarse. Hoy cuenta su historia de superación con mucha fe.
“Quiero contar mi testimonio, porque soy un testimonio vivo”, indicó Iara a IRE, la joven madre de 16 años. El pasado 16 de enero tuvo a su bebé Noah en el Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, a los dos días obtuvo el alta y regresó a su hogar, con su familia. Todo parecía estar bien hasta que empezó a tener complicaciones en su salud.
La adolescente comenzó a presentar picos de fiebre y debió ser internada el 20 de enero. Luego de una serie de análisis, los profesionales constataron que durante la cesárea en el Eva Perón de Granadero Baigorria había contraído un virus intrahospitalario: Estafilococo.
Durante el embarazo Iara había tenido algunas advetencias médicas: “Mi cesárea fue de urgencia porque cuando me agarraban las contracciones el ritmo cardíaco de mi bebé disminuía, y si esperabamos a un parto normal mi bebé nacía sin vida. Era muy chiquito con 2,750 kilos y medía 36 centímetros”. Finalmente todo salió bien.
Hasta que el 25 de enero, con malestares ingresó nuevamente a cirugía donde atravesó un raspado uterino: “Estaba muy débil, con ganas de no seguir más, pero algo me decía que siga por mi hijo”, dijo la joven y añadió que dos días después entró en una convulsión “porque el estafilococo me había infectado la sangre, el cerebro, los pulmones y también me estaba deteriorando los riñones”.
Ese día pudo reincorporarse, pero el 29 de enero las convulsiones volvieron a aparecer en tres oportunidades y entró en coma, por lo que debió ingresar de urgencia a terapia intensiva. Luego vino lo que ella describe como un milagro: “Me tenían en ayuno para extraerme el útero. Al otro dia, me estaban por llevar a cirugía, pero antes me hicieron una ecografía y la infección en el útero no estaba más”, describió Iara y detalló: “Como bien saben ese bicho tiene un 30 o 40% de mortalidad”.
La siguiente semana, más precisamente el 4 de febrero, se encontraba en vías de recuperación y la derivaron a sala. “Volví a ver a mi hijo y en ese entonces caí en la cuenta de que fui mamá”, expresó.
Finalmente, el 11 de febrero recibió el alta, refiriendo a ello, comentó: “Volví a caminar después de casi un mes postrada en una cama. Fui todos los días a curaciones por dos meses. Quedé con pequeñas secuelas de epilepsias y hasta el dia de hoy voy a la neuróloga, pero gracias a Dios hoy ya estoy bien y puedo decir que no tengo más nada”.
Muy agradecida con el personal del nosocomio de Granadero Baigorria, concluyó: “Algo me habló a mi corazón y sentí que tenía que contar todo lo que Dios hizo en mi vida. Aquel que esté pasando por alguna lucha, les digo que se aferre a Dios, que busquen de él porque nada es imposible. Se que tiene un propósito grande en mi vida”.