Gran parte de los bosques del norte argentino fueron arrasados durante el periodo de cuarentena por el covid-19. Más de 48 mil hectáreas fueron deforestadas en las provincias de Santiago del Estero, Salta, Formosa y Chaco.
El conteo corresponde a la organización Greenpeace, que realiza un monitoreo sistemático a través de la comparación de imágenes satelitales. “Entre el 15 de marzo y el 31 de octubre se perdieron 200 hectáreas de bosques por día”, afirmaron en un comunicado.
Argentina está entre los 10 países que más desmontaron en las últimas tres décadas y ya se perdieron cerca de 8 millones de hectáreas de bosques. Una superficie que equivale a la de la provincia de Entre Ríos.
“Es completamente inadmisible que, frente a la emergencia sanitaria, climática y de biodiversidad que estamos sufriendo, se siga deforestando”, manifestó Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace.
Siguiendo esa misma línea, Giadrini exigió: “Los gobiernos no pueden seguir siendo cómplices de este ecocidio y deben ponerle un freno a la ambición destructiva de algunos empresarios agropecuarios”.
Santiago del Estero fue la jurisdicción con mayor pérdida de bosques nativos durante el aislamiento, con 19.673 hectáreas desmontadas. Le siguieron Salta, con 12.863, Formosa (10.011) y Chaco (6.109). Esas cuatro provincias “concentran el 80% de los desmontes del país” motorizados por “el avance de la frontera agropecuaria, por ganadería y soja”.
“Más desmonte significa más cambio climático, más inundaciones, más desalojos de comunidades campesinas e indígenas, más desaparición de especies en peligro de extinción y más enfermedades. Destruir bosques es un crimen que debe prohibirse y penalizarse”, advirtió el integrante de Greenpeace.
La organización ambientalista reclama a los gobernadores de Santiago del Estero (Gerardo Zamora), Salta (Gustavo Sáenz), Formosa (Gildo Insfrán) y Chaco (Jorge Capitanich) que decreten la emergencia forestal y prohíban los desmontes en sus provincias.