Según las nuevas cifras de la Encuesta de Actividades de Niñas, Niños y Adolescentes (Eanna) 2017 –elaboradas por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social junto con la OIT, Unicef y otros organismos–, que La Nación presenta en exclusiva, se sabe que son 715.484 los chicos de 5 a 15 años que realizan trabajo infantil en la Argentina (el 9,4% del total). Estas cifras se darán a conocer recién mañana, en la IV Conferencia Mundial sobre la Erradicación Sostenida del Trabajo Infantil, con sede en Buenos Aires.
Desde el Gobierno señalan que las conclusiones de la medición eran las esperadas y que sirven para construir el diagnóstico necesario para la formulación de políticas públicas.
“Los niños tienen que estar jugando o estudiando, nunca trabajando. Los datos de la Eanna nos dan un panorama claro para fortalecer los programas y el plan nacional, que van en ese sentido”, sostiene Jorge Triaca, ministro de Trabajo.
Las cifras de la Eanna 2004 que señalaban que 496.318 niños trabajaban, no son comparables con las actuales por diferentes motivos: la primera tuvo un alcance territorial mucho más acotado e incluía a chicos de hasta 13 años. La de 2017 fue mucho más abarcativa y se extendió hasta los 15 años (los adolescentes son más propensos a realizar tareas).
“Si bien no tenemos los números definitivos, podemos decir que el trabajo infantil se redujo casi a la mitad. Las motivos pueden ser que ha habido una continuidad en las políticas y la legislación para luchar contra el trabajo infantil y, otra cuestión a considerar, es si la AUH tuvo alguna influencia en evitar que los chicos abandonen la escuela y empiecen a trabajar”, dice José Anchorena, subsecretario de Estadísticas, Estudios y Políticas Laborales del Ministerio de Trabajo.
Pero el resultado más llamativo es el que señala que la mayoría de los menores hace tareas domésticas intensivas (4,3%), por sobre tareas económicas (3,7%) o de autoconsumo (2,8%). En 2004, la modalidad de trabajo económico (6,5%) superaba el doméstico intenso (6,1%).
FUENTE: NOTIFE.COM
“Debemos prestar especial atención a combatir el trabajo doméstico intensivo. Sus causas son múltiples, y van desde trabajo informal de sus padres, déficit de centros de cuidado -en especial en el ámbito rural- así como factores culturales sobre la distribución del trabajo en el cuidado de los hermanos, y en las tareas domésticas que recaen principalmente en las niñas”, sostiene Gustavo Ponce, punto focal en OIT Argentina para la erradicación del trabajo infantil y trabajo forzoso.