La noticia de la muerte del Papa Francisco, a los 88 años, conmocionó profundamente tanto a Argentina como al mundo entero. Jorge Mario Bergoglio, el primer pontífice argentino y latinoamericano de la historia, dejó un legado significativo de fe, humildad y compromiso social. En respuesta a este acontecimiento, el presidente Javier Milei decretó siete días de duelo nacional como homenaje a su figura y a su trascendental influencia, no solo en la iglesia católica, sino también en la vida pública y social de Argentina y del mundo.
El decreto, publicado en el Boletín Oficial, establece que durante este período de luto la bandera nacional permanecerá izada a media asta en todos los edificios públicos. Además, se suspenderán los actos oficiales de festejo. Esta medida fue tomada en consideración a la profunda admiración y cariño que el pueblo argentino siente por el pontífice, quien, a lo largo de su papado, siempre destacó por su cercanía con los más vulnerables.
Desde la Casa Rosada, se expresó: “Ha partido el Santo Padre, el Papa Francisco, una figura única en la historia de nuestra nación y del mundo. Un hombre de fe, de humildad, de compromiso con los más necesitados”. A lo largo de los años, Bergoglio se mostró como un referente de valores que trascendieron las fronteras religiosas y que lo convirtieron en un símbolo global de paz y solidaridad.
“Ha partido el Santo Padre, el Papa Francisco, una figura única en la historia de nuestra nación y del mundo. Un hombre de fe, de humildad, de compromiso con los más necesitados”.