Finalmente esta semana, después de tres años de gestión, se logró la restitución de las piezas arqueológicas a la comunidad de Monje. La transacción marcó un hito significativo en la preservación de la identidad cultural de los pueblos originarios y por supuesto de los locales. Estos restos históricos, fueron recolectados en la costa de La Boca y estuvieron almacenados durante más de tres décadas en la Universidad Nacional de Rosario. El acto estuvo encabezado por la ministra de Cultura, el decano de la UNR, la presidenta comunal de Monje, instituciones y vecinos.

Bajo la ley nacional y provincial, la Facultad de Humanidades y Artes regresó a Monje los elementos que fueron hallados en sus costas en el marco de una importante investigación en la década de los 90. Con satisfacción por el logro obtenido y visibilizando la oportunidad de acercar el material a los vecinos, la presidente comunal de Monje, Susana Gobbo afirmó: “Recuperamos todo este patrimonio arqueológico que hace 34 años y un poco más, se fue de la Boca del Monje, ahora volvió para quedarse“.

“Recuperamos todo este patrimonio arqueológico que hace 34 años y un poco más, se fue de la Boca del Monje, ahora volvió para quedarse”

De acuerdo especificaron desde el ministerio de Cultura, claves en la gestión, se devolvió cerámica indígena y material que pudo ser de San Bartolomé de los Chaná, una reducción indígena que habitaba la zona en 1661. Destacando el valor de lo ocurrido, estuvo al frente del encuentro la ministra de Cultura, Susana Rueda: “Para nosotros es un placer restituir esas piezas al lugar de donde salieron porque tienen mucho que ver con la identidad de pueblos originarios, de pueblos que vivieron en este lugar y la localidad merece conocer más sobre su historia y las piezas tienen que estar exhibidas y rescatadas en este lugar”.

Por su parte, el profesor Alejandro Vila, decano de la UNR mostró con agrado la entrega de unas cincuenta cajas de restos a la comunidad: “Hicimos la restitución de restos arqueológicos que tenía nuestra Facultad de Humanidades y Artes, que había sido producto de un trabajo de investigadores, de docentes, de estudiantes en los años 90 y que ha permitido desarrollar el conocimiento y la investigación en torno a los pueblos originarios”.

En el marco de un trabajo de recuperación, estudio y preservación, Gobbo se comprometió que el material: “Va a ir a La Boca y va a estar al alcance de todos, no guardado detrás de una vitrina”. Sobre el proyecto, avanzó: “Aquí hay alguien que trabaja sobre todo lo que es el Paraná, el patrimonio arqueológico, que es una docente, miembro del CONICET, que se llama Julieta Sartori, que es quien nos ha acompañado en todo este proceso”. Y ahondó: “La idea es hacer actividades, que haya un museo, que sepamos qué significado tenía eso. Cada pieza esta tiene una cercanía afectiva con la gente de la costa, con quienes recibieron ese grupo antropólogo, quienes encontraron ese cacharrito y decidieron cederlo para que otro lo estudie. Tenemos que poner en valor todo eso”.

“Cada pieza esta tiene una cercanía afectiva con la gente de la costa, con quienes recibieron ese grupo antropólogo, quienes encontraron ese cacharrito y decidieron cederlo para que otro lo estudie. Tenemos que poner en valor todo eso”