Luego del desbarrancamiento sucedido el último fin de semana de agosto en el camping de La Boca de Monje, donde una extensión de importante magnitud cedió llevándose mesas, asadores y árboles, las autoridades comunales tomaron cartas en el asunto para abordar la situación. Esta semana acudieron ingenieros provincia, y pusieron vallado para evitar el paso en la zona en peligro. 

En diálogo con IRE, el presidente comunal de Monje, Pedro Severini, sintetizó: “Nos reunimos con ingenieros de la parte hidráulica del Ministerio de Infraestructura que estudiaron el terreno donde se socavó todo”. Y amplió: “Tenemos que hacer un recopilamiento con los datos de las últimas veces que se desmoronó y llevarlos a Santa Fe, donde están haciendo un relevamiento de la situación, pero creo que soluciones no hay”.

En relación al terreno cedido Severini remarcó: “El agua es parte del mismo sostén que hace que la barranca no ceda, cada vez que baja el río de una forma importante eso se puede desmoronar, prácticamente se hizo un túnel debajo y hay que saber si se va a seguir degradando”.

Luego, aseguró que existe otra porción de tierra que también está a punto de caer: “Se socavó todo con la cantidad de agua que viene de cuencas arribas y nos quieren mandar más todavía, así que más complicados vamos a estar”. Por ese motivo, solicitó una reunión con el comité de cuenca:“Quedaron en venir a supervisar todo el arroyo y nunca vinieron. Tenemos que hacer esa reunión porque la gente paga la tasa que le cobran y quieren saber de qué se trata, simplemente mandan la boleta y cobran, pero siquiera vinieron a ver qué solución podemos tener”.

Las medidas que tomaron desde la comuna hasta el momento consistieron en montar un cercado con vallas de protección y cartelería para prevenir a los vecinos, en ese sentido el presidente llamó a la prudencia y a que se respete la señalización de precaución. Las pérdidas, tal como describió, fueron cuatro asadores, cuatro o cinco mesas, piletas y un pilar de luz: “Afortunadamente los vecinos no sufrieron pérdidas y no se les tuvo que cortar los servicios, porque las casas más cercanas están a unos 50 metros”.