La tarde gris amenazó con algún chaparrón, pero nada impidió que los vecinos se hicieran escuchar. Coordinado por los locales, un salón frente al río Coronda abrió sus puertas en La Boca y congregó a todos los interesados en conocer detalles del proyecto Sergen que se está instalando en Carrizales. La preocupación por el impacto en el medio ambiente de la región fue generalizado, los jefes comunales de Diaz, Monje y Maciel se comprometieron a solicitar una audiciencia con el de Carrizales porque: “Es el que tiene la última decisión”.
Ni el corte programado de luz, ni el clima, ni los señalamientos de que “es una marcha política” impidieron a los vecinos a que se manifiesten. Esta vez, y luego de varias propuestas le tocó ser sede al Balneario de La Boca de Monje, conectado con la empresa a través del arroyo, que desemboca con el río Coronda en la intersección donde decidieron juntarse.
Un micrófono recorrió el salón y propuso distintos oradores, y la pantalla grande con el proyector les sirvió de soporte: Hubo tiempo para hablar de geografía, de medio ambiente, de salud, de lucha. De acuerdo al área en la que se desempeña cada uno fue siguindo el turno.
Al culminar los jefes comunales de Maciel, Pedro Tobozo; de Diaz, Juan José Gonzalez; y de Monje, Pedro Severini, tomaron la palabra y dejaron su posición contra la instalación de la empresa y coincidieron en la presión que deben ejercerle al mandatario de Carrizales, Osvaldo Rezzonico, quien tiene la potestad de impedir que Sergen comience a funcionar. Con quien ya se reunieron pero con el objetivo inverso cuando el local quiso convencerlos de la iniciativa.
El encuentro fue multitudinario y la región quiere hacerse escuchar. Confiaron en que deberán agilizar los tiempos y se repartieron actividades. Estan cada vez más convencidos de una manifestación masiva que tendría su próxima sede frente a la comuna de Clarke.