Dos largos tablones, varias mesas redondas y gente con sillón o reposera. El patio veraniego del bar lleno de chicos, de gente saludándose, abrazos y miradas expectantes. Sería una noche de peña en homenaje a Eros Cossettini, lugareño de La Boca por adopción.

Además de compartir canciones, se regaló a los vecinos un libro que habla de ellos, de sus padres, tíos, abuelos y de su pueblo. “Estampas Costeras” cuenta anécdotas y costumbres de ese rincón sobre la orilla del Coronda. Eros era piloto de avión, conoció el lugar sobrevolándolo y escribió estos relatos para recordar sus años vividos en el rancho de “la costa”. Personaje querido y recordado, cuyo libro de escasos ejemplares casi nadie leyó.

Durante esa noche leímos algunos cuentos y hubo música en vivo con artistas locales. Su hija Susana participó con unas palabras y recordó el cariño de su padre por la gente del lugar. Desde Gaboto, Víctor Chenna nos trajo sus historias de chanás, pescadores y una nueva canción que nació después de leer el libro. Más tarde se repartieron los ejemplares, recibidos con curiosidad y agradecimiento. En esta nueva edición, los relatos están acompañados por ilustraciones -hechas por quien escribe- en relación a la flora y fauna nativas y las vasijas chaná.

Mi nombre es Virginia, estudié arte en la universidad y soy docente. A veces dibujo, pinto, también saco fotos y me gusta escribir. Mi familia es de Monje y yo también, aunque no de nacimiento sino por gusto. Este año he pasado varios meses en La Boca observando, charlando con vecinos, caminando y haciendo entrevistas, con la intención de pensar actividades culturales en relación a la historia y la identidad local. En septiembre coordinamos, junto a Alicia Wegher y Diego Urteaga, un taller de cerámica recuperando la tradición alfarería chaná y su cosmovisión. La peña y la edición de este libro ilustrado, han sido el cierre de la segunda actividad.

El balneario de Monje es apenas un recorte en el mapa de aguas, islas y orillas. Forma parte de una gran región de verdes y marrones, llena de peces, pájaros y canoas. Un enorme río habitado hace mil quinientos años por el pueblo chaná, más tarde por paisanos y pescadores. Formas de vida modeladas por el paisaje que desearía perduren en el tiempo, y que con pequeños gestos como este, quisiera ayudar a conservar.

La peña se llevó a cabo el viernes 29 de noviembre de 2019 en el Bar Daniel Sam, en el balneario La Boca. Se agradece a los anfitriones de la casa, a los músicos, a la Comuna de Monje, a Susana Cossettini y a cada lugareño que me ha dado una mano a lo largo de éste proyecto.

Texto: Virginia Sotti