La mañana de hoy estuvo plagada de tensiones en la comuna de Maciel. Afuera estaban los representantes gremiales de ADETRAM por una posible medida de fuerza de SITRAM por un trabajador despedido, pero en simultaneo se desarrollaba la reunión de comisión suspendida. Terminó a los gritos y empujones después del pedido de tres miembros de cambiar al contador, los abogados y solicitar información administrativa. El jefe comunal, Pedro Tobozo, que estaba en medio de un pico de estrés terminó internado. 

Las versiones son antagónicas. El tesorero, Nestor Severo, la vocal, Cristina Gomez, y el representante de la minoría, Daniel Lamboglia, terminaron en la dependencia policial y ratificaron el mal momento vivido, en el que denunciaron un final anunciado: Maltratos, falta de información, impedimentos para trabajar, incapacidad de diálogo, denuncias falsas. Fue lo que le plantearon al gobierno provincial a finales de la semana pasada, y allí propusieron los puntos a acercar esta mañana, que le cayeron pésimo al jefe comunal y a la vicepresidente. 

Pero al parecer la reunión se subió de tono y versiones indican que habrían llegado a golpes de puño. El jefe comunal, denunció que le lastimaron la boca y le sacaron un diente, mientras que la vicepresidente, Valeria Serenelli, tendría moretones en sus brazos. El estado de salud de Tobozo es delicado desde un pico de estrés que sufrió hace dos semanas atrás, y hoy ante la crisis nerviosa debió ser hospitalizado para su contención. 

En medio de las idas y vueltas discursivas y los reclamos que surgían desde la comuna, los trabajadores realizaron una asamblea popular y ante los rumores de pedido de intervención decidieron comenzar una medida de fuerza para que les garanticen el cobro de sus haberes. Es decir, desde media mañana se paralizaron las prestaciones de servicios. 

Los tres integrantes de la comisión comunal, en diálogo con IRÉ, se mostraron preocupados y llamaron al diálogo. Enfatizaron que bajo ningún punto de vista solicitaron la intervención provincial para la comuna, sino la colaboración en la contención de los problemas. Confesaron además que se sienten en riesgo en su integridad física. 

Por su parte, IRÉ visitó el Hospital Federico Meroi, donde se encuentra internado el jefe comunal. El entorno pidió aguardar hasta el momento propicio para dialogar con él. Respetando su delicado estado de salud, el medio quedó a disposición para conocer en primera persona su versión de los hechos. 

Una mañana que no le sirvió a nadie. Todos terminaron incómodos, reclamados y vulnerables. La comuna de Maciel sufrió un nuevo golpe institucional que no depende de culpables, sino de falta de cintura política y consensos. Una vez más, las gestiones quedaron en segundo plano, y la preocupación volvió a pasar por el fantasma histórico de la “intervención”. Que más de uno lo toma a su antojo para cuestionar al opositor. Ahora, será el turno de provincia de volver a sentar a las partes y procurar cicatrizar heridas cada vez más profundas.