Hace una semana que Nacho se encuentra junto a su familia y en su hogar, recuperándose del terrible accidente que sufrió el pasado 1 de octubre, cuando regresaba de trabajar en Timbúes. Pese a atravesar días difíciles, el joven de Maciel nunca bajó los brazos y rápidamente recibió el alta. En el sanatorio lo apodaron “el nene del milagro” por la favorable evolución que mostró en tan solo días y si bien todavía falta un largo camino de rehabilitación, se encuentra bien y con muchas fuerzas para seguir dando pelea: “Siento que me voy recuperando rápido”, confió.
El pasado jueves 1 de octubre Ignacio Fernández terminó su jornada laboral en ACA Timbúes y regresaba del puerto en moto. Se conducía por calle España y al llegar a Favaloro fue embestido por un remisse. El joven de 20 años lo recuerda todo. Era la primera vez que iba en moto hasta la planta.
Tal como confió a IRE, el auto lo impactó del lado izquierdo, a la altura de la cadera, cayó encima del auto y al golpear contra el parabrisas salió despedido hacia el campo, chocó contra un alambre y terminó en el suelo. Su reacción fue levantarse inmediatamente e intentar buscar la moto, pero las piernas cedieron.
En ese momento se acercó una persona que vió lo que había sucedido e insistió a Ignacio que se tranquilice y no se mueva, que ya llegaba la ambulancia. “Empecé a vomitar y a sentir dolor en las piernas. Me quedé quieto y espere que venga la ambulancia”, comentó, destacando que lograron asistirlo rápidamente y trasladarlo al centro de salud.
Al enterarse del accidente, la conmoción invadió a todo el pueblo y la región, que inmediatamente inundó las redes sociales de mensajes en apoyo para él y su familia, que atravesaba un duro momento, temiendo por el complejo estado de salud en el que se encontraba.
Tras someterse a una operación de urgencia y permanecer internado en terapia intensiva por algunos días, Nacho empezó a presentar importantes mejoras y lo traspasaron a una sala común, donde finalmente se reencontró con su madre. Allí, empezó a ver todo el cariño y apoyo que el pueblo mostró a través de las redes: “No lo podía creer, era mucha gente. Más de una lágrima se me cayó”, expresó con mucha emoción y agradecido de todos los que lo acompañaron y continúan acompañándolo mientras se recupera.
Mientras permanecía en el sanatorio, los profesionales de la salud lo apodaron “el nene del milagro”, por la rápida evolución que presentó en tan solo días. “Cuando desperté me trataron tan bien que la verdad nunca tuve dolor”, comentó Ignacio y al igual que su madre destacó la labor de todo el equipo médico que lo acompañó y trabajó para que se recupere.
Hoy ya hace una semana que se encuentra acompañado de su madre, su pareja y su hijo, con muchas fuerzas para seguir dando pelea y continuar en el camino de la rápida recuperación.
“Hay que dejar atrás lo malo y seguir adelante, ayudándolo. Sus ganas de vivir, de estar con su familia y con su hijo, lo ayudaron. Desde acá le mandamos muchas fuerzas también”, expresó Juliana, su pareja y él finalizó: “Quiero agradecerle a toda la gente que rezó, que siempre estuvo al tanto de todo. Gracias a ellos también hoy estoy acá”.