A mediados de agosto sorprendió la llegada de un oficio de constatación del predio del frigorífico, de acuerdo al procedimiento habitual lo próximo que vendría sería el remate. Caen sobre la propiedad de la offshore uruguaya, entre tantos, un juicio de apremio por las tasas que adeuda a la comuna que supera los dos millones de pesos. En consecuencia y de manera legal, se convierte en una oportunidad única para la localidad de hacer suyo el inmenso lote en el corazón de Maciel.

Las opciones son diversas y los comentarios encontrados. De acuerdo confirmó en una minuciosa búsqueda IRE, reforzada por varias fuentes, arribó a la comuna y al juzgado local un pedido de constatación del predio, las construcciones y sus condiciones. Requerimiento que fue ejecutado con personal local y un martillero público de Puerto Gaboto. En un contexto habitual, luego de la verificación vendría el remate público. En el caso del enorme predio abandonado ubicado en el casco central de Maciel por ruta 11 nadie sabe con certeza que puede pasar.

De acuerdo a la investigación realizada por IRÉ, publicada en el periódico de abril de 2018, el terreno e inmueble donde funcionó el Frigorífico Maciel corresponde a una offshore llamada Westall Group S.A. La firma se constituyó en la República Oriental del Uruguay, bajo el régimen de la Ley 11.073, que permite la creación de sociedades cuya actividad principal debe consistir en realizar inversiones fuera del territorio uruguayo. El 29 de abril de 1997, la firma estableció una sucursal en la República Argentina: precisamente la de la región.

CIRCULO VICIOSO

Hasta hace una década trabajó siendo una de las principales fuentes laborales de la localidad, con menor efervescencia con el correr de los años. Pasó de ser uno de los mataderos más importantes a contar con decenas de juicios laborales. Los memoriosos afirman que las maniobras utilizadas por los capitales fueron similares a lo largo de los años: Funcionaban un tiempo generando esperanza, había problemas, requerían ayuda monetaria, les iba de mal en peor, llegaban los procesos judiciales, remates y una nueva compañía con otro nombre pero vinculadas a las mismas personas la adquirían por un número irrisorio.

La ruleta funcionó durante años, inclusive el deterioro les terminaba dando un plus. En el medio quedaban los sueños y la ilusión de los trabajadores, que debieron volver a empezar más de una vez. Con un plan perverso y diseñado al tamaño de una sociedad anónima, el desperfecto fue inesperado. El circulo virtuoso dejó de ser tan claro cuando el creador falleció, sus hijos no lo siguieron y según trascendidos hasta la división de la herencia generó malestares entre los participantes del legado.

DEUDA Y OPORTUNIDAD

A nadie parece importarle el predio, el gigante dormido de Maciel. En el Juzgado Civil y Comercial de primera instancia en San Lorenzo, en el año 2010 se presentó un juicio por apremio. La comuna de Maciel le solicitó a la firma que regularice su deuda, y al haber un proceso judicial desde entonces no hay prescripción. La suma desde el 2010 al 2019 alcanza los 2.121. 242,36 pesos. No fue llamativo que nadie se presentara a defender sus intereses.  

Panorama que posiciona a Maciel en un sitio inigualable: podría ser la punta del ovillo para acudir a la justicia, considerarse dueño y hasta proponer la deuda como pago. Lo que no requeriría sumar complicaciones a las resentidas arcas comunales, pero ganaría una batalla crucial basada en la necesidad de terrenos fiscales para programas sociales, tanto de vivienda como de trabajo. Administrativamente no sería sencillo, pero dadas las condiciones de acuerdo confirmaron letrados a IRE es una posibilidad garantizada.

Cabe destacar que la intención de expropiación apareció con anterioridad, pero  en medio de un cambio de legisladores y gobernación se torna prácticamente imposible. No sólo por los tiempos de las cámaras para crear una ley, sino porque debería contar con el compromiso de la provincia para a abonar los montos que la comuna no podría enfrentar. Todos los factores conducen a la negativa de la propuesta.

Por otra parte, entre los vecinos toma cuerpo un rumor que afirma que hay privados interesados en pagarle los impuestos para quedarse con una porción, y hasta que habría acuerdos de permanencia a cambio de servicios prestados en los tiempos de apogeo. Pero, ninguna de esas versiones se registran en organismos oficiales.

Saqueado, incendiado, maltratado y cuestionado el edificio bordó hace fantasear a muchos con la posibilidad de convertirse en esperanza. De volver a contemplar familias de trabajadores construyendo un mañana mejor: con una casa propia, con proyectos industriales, con viviendas sociales, con cercanía del estado al vecino. Pensando por qué no de una manera real y madura en transformarse en ciudad.

Hoy Maciel, después de las agudas crisis institucionales y los debates existenciales que exigió militancia y objetivos claros, tiene una oportunidad sin igual para hacer su metamorfosis, absorber la experiencia y resurgir. ¿Lo dejará pasar?