En junio de este año, en la vecina localidad de Maciel, un grupo de vecinos comprometidos conformó el CEPA, un Centro Educativo Popular Abierto que tiene como objetivo “favorecer el derecho a la educación de niños, niñas y adolescentes brindando apoyo escolar y diferentes Talleres”.
Desde su conformación, el CEPA funcionaba en el Barrio San Cayetano, en un espacio físico que le habían cedido donde una veintena de niños tenían la posibilidad de asistir, tres veces por semana, y participar de los talleres de Música, Literatura y Arte y Huerta Orgánica; así como también donde, con ayuda de los voluntarios reforzaban las tareas escolares.
“Hasta el viernes pasado trabajábamos en la Vecinal San Cayetano. Pero, ese día tuvimos que desalojar el espacio y por el momento, no creo que haya manera de que podamos regresar a allí. Ahora, nuestro principal objetivo es encontrar otro lugar”, indicó Samuel Sardina, integrante del CEPA en diálogo con IRE.
Y, en este sentido, Nadia Oronao añadió que, si bien era la idea de los voluntarios continuar trabajando durante todo el verano, al menos, por ahora, se conformaban con encontrar un espacio para desarrollar las actividades hasta fines de este año.
Vale destacar que este Centro nació con la finalidad de trabajar en post de los niños y adolescentes de la comunidad de Maciel, siendo un espacio abierto a todos aquellos que querían participar. “La idea del CEPA es trabajar desde la pluralidad, haciendo hincapié en la enseñanza popular. El CEPA tiene que estar, porque trabaja por y para los pibes y pibas de la localidad”, sostuvo Sardina.
Alrededor de una decena de jóvenes y adultos integran este espacio movilizados por la necesidad de tender una mano a todos aquellos que lo necesiten. Su trabajo es gratuito, voluntario y tal como señaló Oronao, es a pulmón. “Es muy gratificante para cada uno de nosotros poder construir y compartir, día a día, estos espacios con los chicos. Muchos de nosotros no somos docentes y fuimos aprendiendo junto a ellos. Este es el lema de la educación popular, aprender entre todos”, señaló la joven.
Para seguir adelante, el grupo necesita con urgencia un espacio; no hace falta que sea amplio, ni lujoso. “Con un lugar ínfimo nos alcanza; queremos seguir trabajando por y para los chicos de Maciel”, culminó Sardina.