Martín es un pequeño de Maciel que a los dos años y medio fue diagnosticado con Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD) dentro del espectro autista (TEA) y en el marco del 2 de abril, fecha en la que se conmemora el Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo, el papá del niño propone una mirada azul, a través de su historia: “Se lucha día a día para tener un lugar en lo social. Inclusión es una palabra que está de moda, pero todavía no se aplica como debería”, comentó.
Se trata de un día para visibilizar, con el objetivo de contribuir a la mejora de la calidad de vida de la población que tiene esta condición. También se busca promover su inclusión como ciudadanos de pleno derecho en todos los ámbitos de la sociedad.
Marcos es papá de Martín y en diálogo con IRE, contó que cuando el pequeño iba al jardín maternal, sus maestras comenzaron a notar que él no miraba a los ojos, no jugaba con sus compañeros y no hacía un juego simbólico, sino que solo alineaba los juguetes.
Esto llamó la atención de los padres, por lo que decidieron hacer una consulta médica. Fue entonces cuando los derivaron con una neuróloga que, luego de varios estudios, llegó al diagnóstico de Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD), que de acuerdo explicó el vecino, es uno de los tantos trastornos que se encuentran dentro del Espectro Autista (TEA).
“Ahí empieza todo”, señaló el padre y contó que para mejorar su calidad de vida, comenzaron con las terapias: fonoaudiología, psicología y psicopedagogía. “Es una montaña rusa de emociones, donde un día puede ser alegría y al instante tristezas. Porque de estar en calma puede entrar en berrinches, en ponerse nervioso o gritar y frustrarse por no poder comunicarse o decir lo que le pasa”, describió.
Martín tiene 9 años y mañana, 3 de abril, cumple los 10. Su mayor dificultad, comentó el papá, es la comunicación. “Recibe, pero le es muy difícil devolver la comunicación, ese puente de ida y vuelta que no puede sostener. Por eso todo pequeño paso se celebra”, indicó.
Pero no solo existen sus propias barreras o limitaciones, contó el vecino, sino que también existen las del área de la salud, la educación y lo social. Refiriendo a esto último, describió: “Lamentablemente son pocos los que no te miran como un bicho raro, no tenes lugar donde realizar un deporte o una actividad”.
En el ámbito de la salud, señaló que “sin obra social es imposible hacer terapias”. O incluso teniendo es complicado, porque “te ponen millones de trabas burocráticas, papeles interminables que debes presentar año tras año”, señaló.
Por último, en el ámbito de la educación, si bien hoy existe una ley que permite a los chicos con esta condición asistir a cualquier escuela pública, en su mayoría no están preparadas. “Son raras las instituciones donde no tengas problemas para entrar”, afirmó Marcos.
Y agregó: “Si el niño no tiene un acompañante, no puede permanecer en la escuela. El estado no te facilita un acompañante y si lo hay, son escasas horas semanales, donde nadie te garantiza su educación. Es uno quien debe poner el acompañamiento y aun así, también tenes trabas”.
En ese sentido, celebró la reciente iniciativa del cuartel de Bomberos Voluntarios de Oliveros que decidió capacitarse y convocar a la capacitación para la gestión de emergencias en personas con autismo.
“Por todo eso, este día se concientiza de la problemática no solo del niño sino de su entorno. Se lucha día a día por tener ese lugar en lo social. Inclusión es una palabra que está de moda pero todavía no se aplica como debería”, enfatizó.
Y finalizó: “Es un camino muy lento, pero no todas son pálidas. Nosotros como familia hacemos hasta lo imposible para ir hacia adelante, en nuestras vidas todos somos distintos. Se lucha día a día para romper barreras y paradigmas”.
Vale mencionar que el lema de este año es “un feliz viaje por la vida” que busca hacer comprender a la ciudadanía el derecho de las personas con trastorno del espectro autista (TEA) y sus familias a vivir una vida feliz.
El Trastorno del Espectro Autista no impacta sólo en quien lo presenta, sino también en su familia. Siendo la familia el principal apoyo para las personas con autismo, es indispensable también atender sus necesidades, contribuyendo así a garantizar su bienestar emocional y su calidad de vida.