Este lunes la comuna volvió a mantener sus puertas cerradas tras siete días del inicio del conflicto. Todavía no se resolvió la conciliación obligatoria. Las partes mantienen firme su postura y no hay señales próximas de resolución: desde el gremio reclaman que se vuelva atrás con la medida y desde la comuna sostienen que es inviable económicamente.
En diálogo con IRE, el actual interventor, Jorge Marucco, indicó: “La comuna no echó a nadie, simplemente rescindió contratos laborales de gente que no estaba nombrada de acuerdo al estatuto que tiene la comuna”.
En ese sentido explicó que el contrato de un trabajador “debe pasar por una comisión; deben estar de acuerdo la mayoría de los miembros y debe hacerse después la resolución para recién hacer la efectividad o el contrato”.
“No nos cae bien que hoy el pueblo carezca de los servicios por culpa de algunas cosas que no se hablaron con su debido tiempo”, enfatizó el interventor y agregó: “Es dura la medida que me toca tomar, respondo al gobierno de la provincia que me mandó para hacer esto”.