Ciro, el bebé que pelea ante una patología que aparece en uno de quince mil niños en Santa Fe, recibió un gran acompañamiento de los vecinos de Maciel que vendieron empanadas a través de una iniciativa de Viviana Gomez y el grupo de la iglesia, y a principio de año le entregaron una ayuda económica para su tratamiento. Ahora está a punto de enfrentar su última gran batalla: El trasplante de hígado. Con sus apenas diez meses y muchas idas y venidas, el nene de Coronda recibirá de parte de su tía una fracción del órgano que le permitirá “una vida normal”.
El bebé cumplirá el 20 de junio sus once meses, pero desde que nació lo definen como “un guerrero”. Padece de atresia de vías biliares, que es una obstrucción de los conductos que transporta la bilis desde el hígado hasta la vesícula biliar. La mayor garantía para su salud es un transplante, que el martes pasado encontró su compatibilidad.
Hubo dos examenes en sus familiares: su papá Ezequiel Venegas que no puede ayudarlo, y su tía Belén de 20 años. Ella será finalmente quien se someta a la cirugía y le brinde calidad de vida al pequeño Ciro. Ezequiel en diálogo con IRÉ explicó: “Ya está todo listo. Mi hermana le va a donar a Ciro. Hace más o menos dos semanas atrás se hizo los análisis de compatibilidad, y este martes nos enteramos que es un 99 por ciento compatible”.
Luego, avanzó: “Ciro necesita un pedacito de hígado, que es un órgano que se regenera. Es decir que al donante le vuelve a crecer y queda como un hígado normal. Ella tendrá una internación de cuatro días según dijo el cirujano, a él le resta una tomografía de la panza y ahí ya nos dan la fecha”.
El bebé todavía permanece internado, sobre su estado de salud Ezequiel afirmó: “Él está bien, en Santa Fe. Estuvo cuatro días en casa, después lo internaron otra vez para empezar con una alimentación especial”.
Ciro será intervenido en el Hospital de Niños de Rosario, todavía no tienen la fecha prevista. La familia sabe que será el último gran desafío para el pequeño y “Ya se termina todo”, resolvió con alegría su papá.
La solidaridad abrazó a los vecinos que se conmovieron con su historia, que trabajaron e hicieron en febrero 141 docenas de empanadas. Hoy Ciro les devuelve la gratificación. Le queda el último escalón para conquistar una vida sana.