Finalmente este viernes sobre el mediodía se logró destrabar el conflicto que tenía en suspenso el transporte público de pasajeros en Santa Fe y las localidades aledañas con el intermedias. Hubo una reunión clave entre las partes protagonistas y llegaron a un acuerdo. Los choferes aguardaron a que se deposite el pago del 40% de lo adeudado asumido por la municipalidad de Santa Fe y las empresas efectivizarán el resto. Ya para la tarde el servicio comenzó a normalizarse.
La decisión final se tomó tras el encuentro que mantuvieron el gobierno municipal, los empresarios y representantes de la UTA Santa Fe, quienes llevaban adelante la medida de fuerza por tiempo indeterminado. La protesta se dio porque denunciaron irregularidades en los haberes que tenían que recibir en el mes de enero.
En ese sentido, el municipio tomó un rol protagónico en la historia y se comprometió a afrontar un porcentaje de la deuda durante el día, lo que hizo que los conductores retomaran la movilidad de la ciudad y alrededores en el corto plazo, mientras que el resto del dinero lo depositarán las empresas prestadoras del servicio a lo largo de las próximas jornadas.
Cierto es que el conflicto en la ciudad capital se sumó a un contexto de total incertidumbre en el que el gobierno nacional mantiene un jaque a las provincias por la baja del tratamiento de la ley ómnibus y anunció que quitaría el subsidio nacional al transporte de las provincias. La UTA emitió un comunicado de alerta y lanzó una medida de fuerza para el interior, mientras que el ministerio de Trabajo no esperó al segundo día de paro e introdujo una conciliación obligatoria.
El costo del pasaje, el aporte del estado provincial y nacional, se suman a las complicaciones de un sistema que según aducen los empresarios del sector necesita actualización de tarifas debido al desfasaje de costos entre la operatoria y el usuario.