En la sede del ministerio de Trabajo de Rosario se llevó adelante en horas del mediodía una reunión cumbre para evaluar la situación de Etileno San Lorenzo, del grupo económico Pampa Energía. La empresa inisiste en que hace tres años que el sector le genera pérdidas y que el número en rojo alcanza los 50 millones de dólares. Provincia se mostró conciliadora para potenciar un lugar de encuentro, y desde la CGT fueron contundentes: “Que no se pierda ni un puesto de trabajo más en la región”. Hay una proxima reunión prevista. 

A la cita asistieron representantes del SOEPU (Sindicato de Obreros y Empleados Petroquimicos Unidos) junto a dirigentes de gremios que integran la CGT San Lorenzo, abogados, un ingeniero técnico de la planta Etileno San Lorenzo de Pampa Energía, funcionarios del ministerio de Trabajo y Producción de provincia. El objetivo era evaluar la decisión notificada del cierre de la planta, contemplando las consecuencias que trae en la situación laboral del cordón industrial y sobre todo para los trabajadores de la planta. 

Los representantes de la empresa se mostraron firmes y plantearon que es una decisión tomada. Ahondaron en que los motivos son fundamentalmente económicos, a razón de complicaciones en el mercado de Brasil, aumento de insumos por la falta de gas que venía del noroeste y medidas nacionales que arancelaron más la salida de los productos que producen. En ese contexto resaltaron que se ven con la imposibilidad de continuar.

En un balance amplio de números, desde Pampa Energía enfatizaron que hace tres años que el complejo petroquimico les genera pérdidas, y que el monto alcanza los 50 millones de dólares. En función de eso, detallaron,  tienen que hacer una reestructuración y como alternativa abrieron un libro de pases a retiros, que significa una indemnización más un diez por ciento adicional y un año de obra social. La propuesta tiene validez hasta el 15 de febrero para ver si se puede achicar al planta. Un detalle extra es que la ampliaron a todos los obreros de la firma, no sólo para los de Etileno. Si se adhieren desde otras plantas podrían pensar en pasar a esos sectores donde queden vacantes a quienes no hayan aceptado.  

Por su parte, desde la CGT mantuvieron una postura contudente: ni un despido más. Cuestionaron que los trabajadores queden como la variable de ajuste para la rentabilidad de una empresa. Y se quejaron que el empresariado lo plantea como una situación del mercado, pero no se sinceran con que las medidas adoptadas por el gobierno nacional van en contra del sistema productivo. En ese contexto, la CGT le pidió que aguarden unos meses más para ver si hay algunos cambios a nivel internacional y evaluar si mejoran las condiciones, sobre todo el sector del caucho y así contemplar a todos los puestos de trabajo. 

En ese sentido, desde el ministerio de Trabajo plantearon generar el espacio necesario para seguir avanzando y proponer alternativas para que el impacto sea el menor, como la perdida de puestos genuinos de trabajo, ya que son en blanco, directos e industriales.

La próxima reunión va a ser el 5 de febrero para ver como continua el panorama y la reconversión del personal. Mientras tanto el SOEPU continúa en estado de alerta y movilización.