El homicidio de Lelio Chilliutti evidenció la vulnerabilidad de una tranquila sociedad como la de Diaz. Los sacudió, indigno y movilizo a gritar justicia. Hoy se cumple un mes del brutal asesinato, y en paralelo un mes de lucha. Cada día los vecinos de la comunidad salieron de sus hogares, sin importar ni el frio ni la niebla del crudo invierno, y se hicieron sentir. Con ollas, redoblantes o panfletos. Diaz no estará tranquilo hasta que esten presos el o los culpables. Unidos por el dolor hoy mientras está instalada la carpa marcharán en caravana a las 16.  

El 14 de junio, un vecino que vende quinielas se acercó hasta la casa de San Luis y Lehmann, llamó a la puerta un par de veces, pero no recibió respuestas. Ante le duda, decidió entrar. Una desgarradora escena lo esperaba: el abuelo de 82 años yacía sin vida, inmerso en un charco de sangre y continuo a su cuerpo, un martillo.

El violento suceso, sacudió la tranquilidad del pueblo. Lele, como le decían fue asesinado. Las primeras informaciones fueron escuetas. La policía de investigaciones trabajaba en la casa, mientras la incertidumbre y el dolor invadían a la comunidad. Inmediatamente los vecinos decidieron levantarse y se organizaron para pedir explicaciones. Las primeras hipótesis relataban el homicidio de Lelio chilliutti con intenciones de robo. 

En paralelo, la Policía De Investigaciones (PDI) y personal de la comisaría de regional, realizaron la requisa domiciliaria. El hogar estaba desordenado y registraron que faltaban algunos electrodomésticos. Además, avanzaba en el Instituto Medico Legal la autopsia, por la que comenzarían a aparecer las primeras certezas de una sucesión de supuestos que rondaron en la historia.

“Vamos a pedir justicia y no vamos a parar, nosotros somos su familia”, remarcaron una y otra vez los vecinos con mucha indignación. Durante la tarde del sábado 15 el fiscal a cargo de la causa, dispuso un allanamiento y arrestaron a Natalia L.. El eje fue hallazgo de un televisor. Lo llamativo, fue que minutos antes ella también habia hecho su triste descargo en redes sociales: “No lo puedo creer, por qué tanta injusticia por favor”, posteó y también estuvo presente en la marcha.

El pedido exigente de los vecinos se hizo sentir día tras día: “Si el fiscal decide dejarla en libertad, no la queremos más en el pueblo”, enfatizaron. Y asi fue como en la audiencia imputativa y de alegatos definieron que no regresara, aunque quedó en libertad días después. “Tenemos miedo”, fue el otro contundente mensaje.

El dolor fue uniendo cada vez más personas que a diario se manifestaron reclamando justicia por el abuelo asesinado. “El pueblo se ocupará de que haya justicia y no lo vamos a olvidar” prometieron, y siguieron con el pedido, organizando marchas, cacerolazos, caravanas y hasta instalaron una carpa que se mantuvo varios fines de semana para visibilizar el reclamo.

Tras largos días sin bajar los brazos y constantes manifestaciones, la comunidad planeó realizar un petitorio para que una calle de la localidad lleve el nombre de Lelio Chilliutti a modo de homenaje. “Logramos que Díaz despierte de una vez por todas y deje de mirar para otro lado, en nuestros pueblos cuando la gente deja de mirar para otro lado empiezan a crecer y a unirse”, enfatizó un vecino.

Hoy, a un mes del asesinato de Lele, los vecinos continúan alzando la voz. Reclamando la falta de apoyo de la clase política y exigiendo que, de una vez por todas, se esclarezca el hecho que desató la indignación en una comunidad que hasta la fecha sigue dolida y pidiendo justicia. Habrá una nueva caravana a las 16.