Este fin de semana, alumnos de la Escuela de Taekwondo, Taewon-Do de la vecina localidad de Maciel, dirigidos por el profesor Juan Tomasetti, participarán del Campeonato Nacional. Dos adolescentes son de Monje, dos de Maciel y uno de Oliveros.
“Para nosotros es un gran desafío porque es un torneo de alta performance. Pero significa una gran experiencia. Los chicos estuvieron preparándose con mucho sacrificio y esfuerzo para llegar de la mejor manera a este torneo. Previamente, se han medido con chicos que realmente eran muy buenos, pero ellos también demostraron estar muy bien”, señaló el entrenador del equipo, Juan Tomasetti, esta mañana en el piso de IRE.
Vale destacar que los deportistas durante este año no sólo participaron en varios torneos, sino, además, obtuvieron siempre grandes resultados. “En todos los torneos que participamos, gracias a Dios siempre estuvieron en los primeros puestos, y eso me onorgullece porque hay que destacar que trabajamos en una localidad que por ahí no tiene todo al alcance de su mano como en una ciudad, entonces los logros se multiplican”, reconoció el entrenador.
Del torneo, participarán aproximadamente 700 taekwondistas de distintos puntos de la Argentina. Las categorías que competirán serán Cinturón Rojo y Azúl y Cinturón Negro. El entrenador explicó que el color Rojo y Azul son los niveles más altos previos al Cinturón Negro que significa el gran paso de un competidor en esta disciplina. Asimismo, Tomasetti destacó que, por primera vez, participarán personas con capacidades diferentes. “El Taekwondo es una disciplina que pretende incluir”, recalcó.
Dentro de esos 700 competidores estarán Juan Manuel Cavallero, el oriundo de Oliveros de 14 años de edad y Juan Pablo Jubany, de la vecina localidad de Maciel, de tan sólo 12 años. “Estamos esperando con muchas ansias el último torneo”, indicó el oliverense rápidamente al ser consultado y Jubany añadió: “Estoy algo nervioso, pero me siento bien”.
Cavallero, Jubany y el compañero de Maciel competirán con el Cinturón Rojo, mientras que los hermanos de Monje, lo harán con el Cinturón Azul. De todos modos, vale destacar que el joven oliverense está sólo a un paso de convertirse en Cinturón Negro. “Es un orgullo para mi poder llevar a los primeros alumnos al Cinturón Negro”, manifestó con alegría el profesor Tomasetti.
Juan Manuel Cavallero se inició en la disciplina cuando era muy chico. Así nos relató su historia: “Empecé cuando era chico, en Oliveros y luego, me trasladé a Maciel y ahí conocí a Juan. Empecé como un juego y me gustó y cuando supe de los torneos y de la posibilidad de participar me enganché más todavía, y con más razón, me fui entusiasmando cuando lograba buenos resultados”.
El macielense, por su parte, contó una anécdota: “En mi primer torneo, salí segundo. Pero superé a un chico que me sacaba una cabeza; en el combate me di cuenta que era lento entonces aproveché sus debilidades y pude ganarle. En cambio, en mi segundo torneo fue al revés, fui muy confiado y perdí”, dijo entre risas y añadió: “Nunca tuve miedo, pero sí tuve nervios”.
Las expectativas para este torneo, el mejor del año, son las mayores y de hecho, así lo expresaron. Sin embargo, el profesor aclaró: “El sólo hecho de participar ya es un orgullo para nosotros más allá de cualquier resultado”.
Para quienes no conocen en profundidad la disciplina, ni tienen conocimiento alguno sobre qué, el profesor hizo un pequeño resumen: “El Taekwondo requiere de una preparación, tiene una filosofia y es además un estilo de vida. La mamá puede enviar a su hijo con tranquilidad, porque el chico además de hacer tarea física, va a aprender valores y conductas. Lo importante de este deporte, es que el chico sabe que tiene terminantemente prohibido usar su cuerpo fuera del gimasio. Si un deportistas usa su cuerpo, que en el combate en su arma, fuera del gimnasio y pelea en la calle, yo a ese chico no lo tomo más en mi gimnasio. Esto es un deporte de contacto y mis alumnos están preparados para usar su cuerpo, pero en la calle lo tienen terminante prohibido, y ellos lo saben”, culminó.