Un bomberos Corondino fue a buscar a Loan a Corrientes y a su regreso narró lo sucedido en una carta. Sus palabras se volvieron virales y emocionaron a todos, el país entero está expectante y a la espera de que aparezca el niño. Mientras se tejen hipótesis de las más diversas y la justicia hace lo suyo, los voluntarios siempre dispuestos le ponen el corazón a cada misión. “No te rindas, toda la gente buena de un país te busca, vamos a encontrarte querido Loan”, indicó Eric.
Las palabras no tardaron en viralizarse, resonaron en miles de corazones que aguardan una buena noticia, que estan expectantes de que aparezca el pequeño de cinco años que estaba con su familia y de pronto desapareció. Como parte de la misión de búsqueda la Federación Santafesina de Bomberos acudió con voluntarios y Eric, un Corondino de 33 años, chofer de colectivo, fue uno de ellos.
Así se presentó en las líneas en las que eligió hablar desde los sentimientos: “Si bien nosotros, no teníamos la seguridad (al momento del llamado) si eras nacido en corrientes, nos alcanza ver un solo video tuyo, para poder llamarte niño correntino. Como vos, lector, y como yo, bombero Santafesino, de alpargatas, bombacha de campo, mirando de cerca la parrilla con el asado, practicando el zapateo al compás de las espuelas y hasta musiqueando con un acordeón abrazado al pecho. Fan de los almuerzos familiares, y sobremesa de naranjas.
Cuando llegó el llamado, uno de aquellos que nunca queremos que llegue, nosotros, los bomberos, tratamos de contener aquel volcán de emociones, centrarnos en nuestro rol profesional e ir a colaborar con tu búsqueda.
Angustia en el aire, pero abrazados a una esperanza de poder encontrarte en algún carrizal o en alguno de nuestros montes tupidos.
Allí fuimos.
En algunos casos con muchos recursos, y en otros, con menos. Pero todo bombero voluntario -y sus familias-, con ganas de ponerle la piel a la situación y esperanzados en traerte de nuevo a casa.
Cada grito dentro del monte o a campo abierto iba abrazado a esa esperanza…
cada vez que mirábamos a lo lejos, nos parecía verte…
Le buscábamos forma de la huella de tus piecitos a cualquier cosa que veíamos en el suelo…
Cada vez que se acercaba el ocaso nos inundaba la tristeza…
Donde andará ese chiquito, travieso Correntino.
Días, noches, llovizna y hasta frío Nos quitaban cada día más ese puñado de esperanza. Y tratábamos de mentirnos entre nosotros -los bomberos-, sosteniendo que habíamos recorrido poco, o que no hacía tanto frío, que tampoco era fuerte el sol, para poder imaginarte sanito…
En muchos de nuestros servicios, nos acostumbramos a compartir el dolor. Si, a compartir el dolor que pasa esa persona que marcó el 100 desesperadamente. En este, es distinto. Hicimos nuestro aquel dolor, no lo compartimos.
Los días pasaron; Loan, la investigación y nuestras directivas nos han marcado que nuestro trabajo había finalizado. Nos tocaba volver a casa, a reencontrarnos con nuestra familia, pero un poco enojados con nosotros mismos por no poder devolverte a casa.
La única satisfacción es haber hecho todo lo humanamente posible. Desde nuestras familias, nuestros trabajos o patrones por los permisos, los que se quedaron de guardia, aquellos que recorrieron las más de 25.000 hectáreas, por aire, por agua y por tierra.
Vecinos y especialmente al Cuartel de 9 de Julio por habernos recibido, demás bomberos voluntarios, directivos, fuerzas de seguridad, a nuestros perros, y a todo aquel que directa o indirectamente colaboró con la búsqueda: Gracias.
Sabemos que aún estás entre nosotros y que en unos años vamos a poder leerte esta carta.
Aprendimos a quererte, te guardamos un uniforme y te decimos: no te rindas, toda la gente buena de un país te busca, vamos a encontrarte querido Loan.
En nombre de mis compañeros Bomberos Voluntarios que colaboraron en la búsqueda de nuestro pequeño”.
Con la firma de “Bombero Vallejos Eric, del cuartel 021 de la provincia de Santa Fe” cerró el texto. Fueron cientos de vecinos de la región quienes lo compartieron y sin dudas todos están unidos bajo el deseo de que el niño aparezca sano y salvo de una vez.