El desconcierto fue general en el mediodía de ayer con la decisión del tribunal de absolver a los cuatro civiles y cinco policías que permanecían detenidos por la desaparición de Paula Perassi. El malestar se hizo masivo y convocaron una marcha junto a los familiares en la esquina de los bancos ayer a las 19. En paralelo, la justicia social: los vecinos que se encuentran con los acusados los repudian.
El caso Perassi no se parece a ninguno, y el emblema es sin dudas la lucha de sus padres: Alberto y Alicia. Que con cautela supieron conquistar los corazones de la región sin involucrarse en ninguna bandera que no fue la de “Justicia por Paula”.
La esperanza se mantuvo hasta último momento, esperaban que con el juicio oral y público por el que pasaron más de cien testigos expusiera a los nueve acusados que estaban presos a que cuenten donde estan “los huesos de Paula”. Finalmente, más allá de las lágrimas al momento de exponer ninguno dijo nada.
La historia cruzó todas las fronteras y hasta llegó a la televisión abierta. Sigilosos pero sin pausa, la familia siguió siempre por el camino de la paz pero con mensajes duros. Inclusive dejaron en evidencia un poder oculto que tracciona para que no se conozca con certeza qué pasó aquel 18 de septiembre de 2011 cuando la mujer salió de su casa a buscar la tarea de uno de sus hijos y no regresó.
Con el resultado del tribunal sanlorencino en Rosario el malestar se hizo carne de gran parte de la sociedad y comenzaron los repudios masivos. Primero fue en una casa de electrodomesticos donde le solicitaron a Strumia que se retirara, y luego en el supermercado Carrefour donde fue interceptada Michl junto a uno de sus hijos.
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