Anna es una niña de 8 años que fue diagnosticada con pubertad precoz y necesita iniciar un tratamiento con Triptorelina de manera urgente. Su familia reclama que la obra social no le cubre la medicación, pese a estar contemplado bajo Ley. “Exigimos que nos aprueben el pedido médico y no den más vueltas engorrosas”, manifestaron.

La pequeña es de la ciudad de Capitán Bermúdez y desde diciembre del año pasado se encuentra bajo estudios con una pediatra y una endocrinóloga. En el mes de febrero, finalmente le diagnosticaron pubertad precoz, confió a IRE Betiana, su mamá.

El tratamiento que necesita consiste en inyecciones de acetato de Triptorelina 11.25 mg. que bloquean la secreción de hormonas para frenar el avance puberal, con el objeto de permitir un desarrollo óseo adecuado.

Las mismas se aplican cada 12 semanas y su costo es de 100 mil pesos cada una. Esto le permitiría “frenar el reloj biológico y congelar la pubertad donde estaba, para que los cambios físicos disminuyan y regresen”, explicó la madre.

Sin embargo, desde la obra social (SanCor Salud) desestimaron el diagnóstico profesional porque “los estudios no tienen criterios suficientes” y rechazaron la solicitud de la familia en dos oportunidades.

Ante esto, Betiana decidió hacer el reclamo en redes y tras el impacto favorable que generó su viralización, desde la obra se contactaron para solicitar un último papel y reconsiderar la solicitud. “Sin dudas ayudó”, expresó.