Un preocupante hecho de contaminación ocurrió en el río Paraná a la altura de San Lorenzo, cuando un buque sufrió un derrame de aceite hidráulico que afectó las aguas. Este incidente, que tuvo lugar el miércoles por la mañana, generó un gran surco negro, alarmando a los ciudadanos que capturaron imágenes del fenómeno desde las alturas. Las autoridades locales se movilizaron rápidamente para contener el impacto ambiental y tratar de reducir los daños en el ecosistema del río.
El vertido, identificado como “una sustancia oleosa”, se produjo en la terminal portuaria de la empresa Vicentín en San Lorenzo. Según las primeras informaciones proporcionadas por Prefectura Naval Argentina, el derrame fue accidental y ocurrió alrededor de las 7:30 de la mañana. A raíz del incidente, Prefectura y una empresa privada activaron el plan nacional de contingencia, desplegando medidas de contención en el canal principal del río Paraná.
El impacto no se limitó solo a la contaminación visual y ambiental. El municipio de Fray Luis Beltrán se vio obligado a suspender temporalmente la captación de agua potable desde el río. El intendente de la localidad, Mariano Cominelli, explicó que se evitó el servicio sin previo aviso, dejando a los vecinos sin agua potable desde las 8 de la mañana hasta las 13:30. Esta situación puso en evidencia la gravedad del incidente.
Por su parte, Aguas Santafesinas, la empresa encargada del servicio de agua en la zona, también actuó de inmediato tras detectar el surco negro en el río. La compañía activó el protocolo de emergencia, que consiste en el uso de carbón activado para neutralizar los contaminantes presentes en el agua. Esta medida se implementó principalmente en la toma de agua ubicada en el barrio de Arroyito, en Rosario, donde la situación se normalizó hacia el mediodía.
En otras áreas, como la planta de Granadero Baigorria, la situación fue distinta. Debido a la ubicación más alejada de la toma de agua respecto al canal principal del río, no fue necesario activar el protocolo de emergencia en esa zona. A pesar de ello, la preocupación en torno a la contaminación en el río Paraná persiste, especialmente por las posibles consecuencias a largo plazo en el ecosistema y la salud pública.
La línea negra recorrió incluso la ribera rosarina arrastrada por la corriente del Paraná, lo que dificultó las tareas de contención. Prefectura Naval continúa trabajando en el lugar para mitigar la pérdida de aceite y evitar que el vertido se extienda aún más.