Joaquina Dalmazzo, una joven de 17 años originaria de Cañada de Gómez,  está a punto de emprender uno de los desafíos más complejos y exigentes en el mundo de la natación: cruzar el Río de la Plata. Este recorrido, que abarca entre 40 y 44 kilómetros entre Punta Lara, en Argentina, y Colonia del Sacramento, en Uruguay, se encuentra entre las pruebas más duras de las aguas abiertas. La nadadora sueña con completar este trayecto desde 2019, cuando comenzó su preparación intensiva para este logro monumental.

Desde ese momento, hace más de una década atrás, Joaquina transformó por completo su rutina diaria para cumplir su objetivo. Su entrenamiento es riguroso y extenso, dedicando entre tres y cuatro horas diarias a la práctica de la natación en el Sport Club Cañadense, bajo la supervisión de su entrenador, Pablo Testa. Además, para fortalecer su cuerpo y aumentar su resistencia, complementa su preparación con tres sesiones semanales de gimnasio. Este enfoque físico y mental es esencial para afrontar los más de 12 horas que se estima tomará el cruce, enfrentando las constantes exigencias de la travesía.

El desafío de cruzar el Río de la Plata no solo implica resistencia, sino también una estrategia precisa. La travesía se realiza bajo reglas estrictas: Joaquina solo podrá hacer pausas de 90 segundos cada 30 minutos para hidratarse, sin poder tocar ninguna embarcación o persona durante todo el recorrido. A esto se suman las difíciles condiciones climáticas que deben estar presentes para realizar el cruce, como la ausencia de lluvias, sudestadas o calor extremo, además de una temperatura del agua cercana a los 24 grados.

Solo unas 50 personas en el mundo lograron completar este desafío nadando en solitario, lo que convierte a este proyecto en una hazaña histórica.