El estado edilicio del Club Almafuerte de Barrancas movilizó a un grupo de vecinos para recuperar el orden institucional y luego de dos años de trámites administrativos, la justicia le concedió la intervención que llegará en los próximos días. Tras la normalización, apuntan a conseguir socios y convocarlos a asamblea para elegir nuevamente una comisión directiva. “Nos preocupa mucho la parte edilicia, se viene abajo y van muchas personas”, enfatizaron.

En diálogo con IRE, los vecinos Mónica y Carlos Pafundo junto a Silvia Sangiacomo confiaron que pese a los reiterados intentos de reunirse con la actual comisión, nunca tuvieron respuestas, por lo que decidieron realizar la denuncia ante Inspección General de Personas Jurídicas de Santa Fe. “Nunca tuvimos una respuesta favorable, siempre nos ignoraron. Constantemente pedimos reuniones y asambleas y ellos hacen oídos sordos”, indicaron.

“Nos movilizó el estado de abandono del club, parece un galpón abandonado. No está habilitado para funcionar”, expresaron los vecinos que tomaron esta iniciativa, esperando a que la entidad pueda volver a recibir a los vecinos y desarrollar distintas disciplinas, con las condiciones correspondientes. 

“Es un grupo muy cerrado que está desde 2013, se redujo a 20 personas. Nosotros siempre quisimos participar, hacer una comisión nueva, pero siempre se nos cerró las puertas, deberían dejar participar. Tuvimos la predisposición de hablar, pero siempre ponen trabas y no llegamos a un acuerdo, al ver que no responden se decidió hacer la denuncia”, agregaron.

En el caso particular de Mónica y Carlos, su historia está atravesada por el club al que acudían desde pequeños, donde también su abuelo y padres trabajaron para el crecimiento de la entidad.  “Mi corazoncito está con los colores lila y blanco. Esas personas ya no están, pero les hubiera gustado que Almafuerte creciera como un club grande. Tuvo la mala suerte de que siempre pasó en manos que no lo supieron valorar”, dijo Mónica.

Con el avance de la justicia, esperan poder recuperar el orden institucional, sumar socios y poder convocar a una asamblea donde los vecinos elijan una comisión que trabaje para el club. “Queremos hacerle honor a los viejos que laburaron tanto ahí. Que los chicos se vuelquen a una institución y no estén tanto en la calle, que es el fin de este tipo de instituciones”, agregó Carlos.

“Todos hemos tenido familiares trabajando en el club, eso nos moviliza, nuestros hijos han ido a practicar. Nosotros tenemos muchas ganas de trabajar y si nos dan la oportunidad, estaríamos re contentos”, finalizaron.