Fueron momentos de suma angustia en la que Mauro, un nene de 4 años de Barrio Norte de Barrancas, peleó por su vida. El veneno del alacrán le causó serias lesiones y pasó varios días en terapia intensiva con su corazón afectado. Afortunadamente respondió al tratamiento y el viernes pasado recibió el alta. “Dice que Dios le dio un corazón nuevo”, resumió su papá.
Aquel sábado a la noche los hermanitos le pidieron a sus papás ir a ver televisión a la cocina, tiraron un colchón en el suelo y se quedaron dormidos frente a la tv. En la madrugada, alrededor de las dos de la mañana, el llanto de Mauro despertó a sus papás.
Su mamá fue a ver que le pasaba y se encontró con que el pequeño comenzó a vomitar. Sin perder un momento acudieron al SAMCo e inmediatamente fueron derivados con código rojo hacia el hospital de Niños Alassia en Santa Fe donde quedó en terapia y recibió el tratamiento específico.
Con el correr de las horas confirmaron que Mauro sufrió tres picaduras de un alacrán y su salud se vio severamente afectada. Estuvo en cuidados intensivos con afectaciones en su corazón, pero afortunadamente el tratamiento dio efecto y cuatro días después fue derivado a sala, y luego volvió a casa.
Un recibimiento especial
Todos se asustaron mucho y la alegría volvió con Mauro a casa. Mauricio, Yunior, Luis, Facundo, Bria y Gabriel, sus hermanitos de 12, 10, 8, 5 y 2 años, fueron los encargados de hacerle la “fiesta de bienvenida”.
Se ganaron unos pesos cumpliendo con tareas del hogar y lo invirtieron en mimos para él. “Estaban re contentos, lo recibieron con regalitos”, contó su papá Carlos en IRE.
El niño ya está “muy bien, inquieto como siempre”, y no debe seguir ningún tipo de tratamiento médico. Incluso se repuso rapidamente de las afecciones que transitó, aunque cierto es que él encontro una respuesta mejor: “Dios me dio un corazón nuevo”, explicó.
En la casa mantienen un estricto cuidado para evitar que vuelvan a aparecer ejemplares, pero de lo vivido apenas hace una semana atrás, sólo quedó el mal recuerdo.