Un ejemplar de esturión sorprendió a un pescador de Puerto Aragón en las costas del río Coronda el pasado martes. Se trata de un espécimen exótico y ajeno a nuestro ecosistema, cuya presencia genera un impacto negativo en la ecología y producción local. “Es una especie hermosa, pero acá es nociva”, indicaron especialistas a IRE.
Sorprendido por la belleza del pez, el joven pescador simplemente le tomó una foto y decidió devolverlo al agua. Pese a la acción de buena fe, lamentablemente lo que corresponde en estos casos es sacrificarlos y luego contactarse con los organismos públicos correspondientes para su posterior estudio.
Así lo confirmó a IRE el biólogo y naturalista, Ugo Adam, justificando que su presencia provoca un gran desequilibrio ambiental. “No dimensionamos el impacto a la ecología, al trabajo y las producciones locales que puede generar el ingreso de una especie exótica, es lo peor que puede pasar”, aseveró el especialista.
Para poner en contraste, explicó que su presencia es tan nociva como la contaminación de una papelera. Asimismo señaló que desde el estado, se debería realizar una denuncia a nivel internacional.
Es que sus primeras apariciones se dieron a finales de los 90 en la cuenca del río de La Plata y zonas aledañas, debido a que emprendedores privados instalaron en el río Uruguay piletas para criar ejemplares de esturión ruteno para la producción de caviar. Pero los peces escaparon tras una inundación.
“No había ningún estudio ambiental, por lo que no estaba permitido. Se importaron peces de alguna manera ilegal, porque estaba prohibido por leyes tanto de Uruguay como de Argentina”, indicó.
“La especie no podía tener contacto con el nicho ecológico autóctono, las piletas tienen que ser cerradas sin tener contacto con el agua, porque hay animales, microorganismos, vegetales, moneras, hongos y demás que forman la ecología del ambiente”, agregó.
Ahora detectaron que en la zona del río Negro en Uruguay hay emprendimientos con dos especies más, el esturion Beluga y Ruso-Siberiano. “Una de esas especies es demasiado grande, no tiene predadores ni sabemos qué depredan. Son peces que comen huevos de otros peces o limo”, confió Adam.
Y continuó: “Por un acto de productividad sin estudios de impacto ambiental están provocando el desequilibrio de un nicho ecológico maravilloso como el de la selva paranaense, es el humedal más al sur del planeta y ya está extasiado y presionado por la bajante entre otras cuestiones”.
Por otra parte, denunció que las políticas ambientales “están en pañales” indicando que sufrimos duras crisis en los últimos 30 años en ese sentido y apeló a la conciencia de todos para el cuidado ambiental.
Por último, reiteró que en caso de pescar un esturión hay que sacrificarlo y comunicarse con los organismos públicos correspondientes para su estudio. “Es una de las especies más hermosas que se pueden estudiar, pero no acá. En el Paraná puede ser nociva”, finalizó.