La postal es desgarradora y deja sin palabras. “Otro Aguará Guazú muerto”, reza el comunicado de EPA en Barrancas. El animal fue hallado sin vida en cercanías al remanso de Maradona con “evidentes signos de proyectiles en su cuerpo”. 
 
Anoche un Aguará Guazú apareció en San Lorenzo, se lo vio en varios barrios y finalmente esta mañana personal de la policía comunitaria acudió a rescatarlo. Lograron atraparlo para protegero, lo llevarán para que sea revisado por un veterinario y luego lo liberarán en su habitat. 
 
Pero mientras la buena nueva reconocía un avance de la comunidad para respetar a las especies, más a las consideradas en peligro de extinción una postal de Barrancas conmovió este domingo. Un ejemplar de la misma especie fue encontrado sin vida y con impactos de proyectiles en su cuerpo. 
 
“La falta de controles y de conciencia nos traen estas tristes postales”, se quejaron desde el grupo ecologísta EPA de Puerto Aragón. Y continua: “Un hermoso ejemplar fue hallado cerca del remanso de Maradona en Puerto Aragón sin vida, con evidentes signos de proyectiles en su cuerpo”. Al tiempo que enfatizan que por la ley nacional N° 22.351 el aguará guazú fue declarado monumento natural siendo prohibida su caza y comercialización en el territorio argentino.
 
Con los cambios en el ecosistema y en el marco de la pandemia fueron varios los que se vieron en distintas zonas, sobre todo cerca de cañadas como Monje, Diaz o Carrizales. Más aún, hace poco tiempo atrás un aguará recorrió el casco urbano de Oliveros. Y hasta un vecino de Maciel rescató uno que encontró a la vera de ruta 65. 
 
El aguará guazú tiene un aspecto similar al de un perro de patas largas. Desde el lomo al suelo puede medir unos 80 centímetros y del hocico a las ancas, cerca de 1,25 m, a lo cual hay que agregar una cola de unos 40 centímetros. Su pelaje tiene un color rojizo que se aclara cerca del vientre y a lo largo del lomo tiene una raya negra. También son negros su hocico y las patas. Las largas extremidades le permiten ser un veloz corredor y un muy buen saltador, bien adaptado a los terrenos abiertos e inundados donde habita. Se estima que puede vivir entre doce y quince años.