Luego de la denuncia pública que el colectivo de Actrices Argentinas hizo contra Juan Darthes, miles de mujeres a lo largo de todo el país decidieron, como ya venía sucediendo, no callar mas y en la región salieron a la luz muchas historias que se habian silenciado por temor. En Barrancas , Milagros contó que cuando aún era menor de edad, sufrió abusos por un familiar que le habia ofrecido ayuda. Fue todo lo contrario.
Milagros tenía 17 años cuando, luego de finalizar la secundaria, un tio que se desempeñaba como militar de las fuerzas armadas, le ofreció ayuda para continuar sus estudios superiores mudandose a Paraná, donde él vive con su esposa y sus tres hijas. De ésta manera, la joven contó: “A fines de enero cuando termine la secundaria me fui con el y ahí fue donde todo comenzó, sus insinuaciones, sus toqueteos, sus comentarios”.
La historia parece repetirse a lo largo de los relatos que se dieron a conocer en las últimas horas. Milagros detalló: “La primera vez fue cuando me invitó a salir a correr sobre la Costanera. Al finalizar el recorrido nos dirigimos a un lugar más alto donde nadie podía vernos y él sugirió que le haga unos masajes para luego hacerme a mí. En ese momento se subió arriba mío apoyándome su pene en mi espalda: esa esa era su única intención y no la de los “masajes”. Me paré, le dije que no y seguí como si nada hasta llegar a la casa”.
Luego, agregó: “La segunda vez yo me encontraba recostada en la habitación que me otorgó. Su mujer se había ido a trabajar por la mañana y entra otra vez a querer masajearme. Me tocó todo mi cuerpo, me paré y me dirigi hacia el baño muy confundida”. Y continuó: “La tercera vez era por la siesta donde sus hijas se encontraban mirando tele. Me llama a su habitación, me para frente a él, me agarra la mano y hace que le toque su pene mientras que con la otra me toma del cuello y me besa. En ese momento no hubo más nada que pase por mi cabeza. El quedó esperando como a tener una respuesta y yo lo único que hice fue salir llorando con el alma rota. Agarré mi celular, le cuento lo sucedido a una persona muy especial que viajó para buscarme y sacarme de todo eso que estaba viviendo”.
Finalmente, Milagros expresó: “No tuve la valentía de mirarlo a la cara y decirle que me iba por sus abusos. Cuando llego a mi casa, él ya se había encargado de difamar mi versión de los hechos. Cuando le cuento a mi madre ella empieza a decirme cosas, sosteniendo que todo lo que decía era mentira que me vine porque no quería estudiar”.
La joven concluyó su relato con una frase que se repite en las miles de historias de mujeres que sufrieron abusos: “Nunca creyó en mi, en lo que me pasó”. Ahora, gracias al movimiento y el #MiraComoNosPonemos, ninguna mujer mas tiene que sentir temor por contar lo que le pasó, porque les creemos.
Si vos o alguna mujer que conocés sufre violencia de género comunicate al 144, los 365 días del año, las 24 horas y de manera gratuita.