Debo y Mauricio son una pareja de Aldao que aprovechó la cuarentena para iniciar con la huerta en casa como una actividad en familia, junto a sus hijos. Con los días, el esfuerzo invertido comenzó a dar sus frutos y decidieron compartir este “regalo de la naturaleza” con sus vecinos.
El proyecto nació como una actividad en familia, para el consumo propio y como distracción para los niños que, por las medidas preventivas, se encuentran sin ir al colegio y sin poder hacer deportes u otras actividades. “Fue algo muy bueno para todos en casa”, confió Debo en diálogo con IRE.
La familia vive en la casa del abuelo de Mauricio, quien en su tiempo, tenía “una huerta grandísima”, contó la vecina que ahora, junto a su familia, descubrieron la magia de la huerta en casa y comparten su cosecha con otras familias del pueblo.
Refiriendo a esa amable acción, dijo: “Mientras trabajábamos en la huerta decidimos compartirlo con el pueblo, no queremos vender ni nada por el estilo, es un regalo de la misma naturaleza y sabemos que estamos en un tiempo difícil para todos”.
La construcción de la huerta inició en julio y para agosto comenzó a dar sus frutos. La familia se inscribió en el programa del INTA y recibió las semillas a través de la comuna. En los últimos días, comenzaron a consumir y regalar lo sembrado: lechuga, acelgas, rabanitos y más.
“Disfruto mucho el tiempo que paso en la huerta. Sembrar y ver los resultados, me trae una satisfacción hermosa. En cada cosecha se ve el amor y la dedicación que le ponemos a diario”, comentó Debo.
Y finalizó: “Estamos muy contentos, recibimos muchas felicitaciones y fue muy gratificante ver como llevaban la verdura. Estamos esperando unos días para la próxima tanda y seguramente estaremos compartiendo nuevamente con los vecinos”.